
18 Feb Buenas prácticas higiénicas en talleres
En los talleres también se encuentran, por supuesto, los residuos urbanos convencionales (plástico, cartón y papel y vidrio). Respecto a los vertidos, se centran en el agua de limpieza de las instalaciones, así como en las aguas sanitarias. Es fundamental no efectuar la limpieza de las herramientas y los equipos sobre las pilas, para que los vertidos no lleguen a la red general de aguas sin haber sido depurados antes.
Dadas estas características, el protocolo a seguir en estos espacios tiene que ser muy riguroso. Para empezar, es imprescindible realizar un fregado de suelos con un producto desengrasante eficaz, ya que la suciedad presente en los talleres se incrusta en las superficies y es difícil de eliminar. Por este motivo, hay que recurrir a maquinaria específica para lograr retirar los restos que se acumulan en las distintas zonas de las instalaciones.
Otra pauta importante que debe tenerse en cuenta es que, junto a las herramientas de limpieza, hay que utilizar sistemas para la extracción de aire. Asimismo, debe minimizarse el uso de disolventes en la medida de lo posible. Extraer los fangos, los lodos o los residuos que se generen en el fondo de los tanques de disolventes con una periodicidad frecuente también es recomendable.
Como especialistas en las limpiezas de mantenimiento, recomendamos dejar este tipo de trabajos en manos de profesionales. Sólo los técnicos experimentados cuentan con la maquinaria y los conocimientos necesarios para que los talleres queden en perfecto estado desde el punto de vista higiénico.
De este modo, los propietarios de estos negocios podrán cumplir con los requisitos ambientales exigidos por las administraciones, siempre y cuando sigan también las indicaciones establecidas acerca de la gestión de residuos peligrosos.