07 Jun ¿En qué se diferencia el pulido y abrillantado de suelos?
El paso del tiempo y el tránsito de maquinaria y usuarios son los principales responsables del desgaste y pérdida de brillo de los pavimentos. En este punto, técnicas de limpieza y pulido de suelos como el cristalizado o el abrillantado se presentan como la solución estrella para conseguir que los materiales que componen los materiales de los suelos se mantengan en las mejores condiciones. Todo ello, devolviendo el brillo del primer día a los pavimentos.
No obstante, en esta entrada nos detenemos en dos de las técnicas más empleadas para reparar los suelos dañados. Nos referimos al pulido y abrillantado. ¿Para qué sirven, cómo se emplean y en qué se diferencian?
Tipos de suelo que se pueden pulir
Cada técnica tiene unos objetivos distintos. Además, debemos tener en cuenta que cada superficie es diferente y, dependiendo de los materiales a tratar (ya sea terrazo, mármol o granito), emplearemos procedimientos diferentes.
Pulido vs abrillantado, ¿qué tratamiento necesito?
Tanto el pulido como el abrillantado tienen objetivos similares. Y es que ambos se centran en recuperar las características originales del suelo. Sin embargo, tienen sus diferencias.
Pulido de suelos: recuperando la suavidad del primer día
La limpieza y pulido de suelos se centra fundamentalmente en recuperar la suavidad del pavimento. Para ello, se corta el suelo a fin de conseguir la regularidad máxima de la superficie con máquinas pulidoras. Estas incorporan un cepillo lijador que reparar los desperfectos, ya sean arañazos, rayones, etc.
A continuación, se preparan distintos granos de afinado para preparar el suelo y poder terminar realizando el abrillantado.
Lógicamente, el pulido de suelos, que se realiza previamente al abrillantado, reduce el grosor del pavimento tras varias aplicaciones. De modo que la frecuencia con la que se aplica el pulido es clave para no echar a perder el material.
Limpieza de suelos después del pulido
Una vez realizado el pulido, barrer, aspirar y fregar el suelo con agua y jabón neutro para eliminar partículas y virutas resultantes del tratamiento será la tarea intermedia entre el pulido y el abrillantado de suelos.
Abrillantado de suelos: para devolver al pavimento su brillo natural
Por su parte, el abrillantado es un tratamiento más sencillo que se centra en la recuperación del brillo inicial del suelo. A diferencia del pulido, este procedimiento se puede realizar con más frecuencia, ya que no afecta al grosor de la superficie.
En este caso el operario aplica cera para conseguir el brillo deseado, resultando más económico y simple que otros procedimientos como el cristalizado.
Algunas máquinas de abrillantado también incluyen elementos de micropulido. En estos casos, la herramienta empleada está diseñada con discos fabricados en lana de acero junto con una emulsión ácida, entrando en contacto con el suelo. El efecto de rotación y calentamiento pule la superficie, dejándola plana y brillante.
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