
27 Jul Todo lo que deberías saber sobre las hormigas voladoras
Las hormigas pueden convertirse en una plaga. Existe una especie de este insecto que cuenta con alas y, aunque se ven menos, la amenaza no es menor. Su presencia suele ser más notable cuando el calor aprieta y la humedad se palpa en el ambiente. La principal diferencia con la hormiga común es la presencia de alas y que todas ellas son fértiles. Tras un período de lluvia estas hormigas abandonan el hormiguero y salen dispuestas a encontrar su pareja perfecta, aquella que les permita fundar una nueva colonia. No todas las empresas de limpieza en Bilbao cuentan con servicios de control de plagas, pero nosotros estamos especializados en este tipo de servicios para que ningún insecto colonice tu hogar.
Dentro del hormiguero, cada individuo desempeña su función. La reina es la encargada de poner los huevos, donde nacen las hormigas obreras. Estas son estériles, pero no siempre es así. Las hormigas fértiles suelen verse al final del verano, aunque el calentamiento global adelanta cada año su llegada. Cuando alcanzan la edad adulta, estos ejemplares salen del hormiguero para aparearse y forjar un nuevo hormiguero. Precisamente, aquí es dónde surge el peligro.
Estos insectos suelen entrar en nuestra casa y ocupar nuestra cocina. Se adentran en busca de alimento, por ello la cocina es su objetivo. Es fácil que encuentren migas o restos de comida en el suelo o la encimera, y este es un manjar que no pueden rechazar. También, es posible que construyan su morada en nuestro jardín con todas las molestias que esto acarrea.
La mayoría de los ejemplares de hormigas aladas, generalmente los machos, mueren. Sin embargo, las hembras fecundadas pierden sus alas y la historia comienza de nuevo: forjan una nueva colonia convirtiéndose en la hormiga reina.
En Limpiezas Abando sabemos que las hormigas no son el insecto más peligroso del mundo, no entrañan un riesgo para la salubridad humana. Sin embargo, sí pueden ser una gran molestia en jardines, cocinas y plantaciones agrícolas. De hecho, antaño se utilizaba la aparición de las hormigas aladas para saber cuándo la tierra estaba preparada para recibir la simiente, es decir, cuándo el grado de humedad de la tierra era la adecuada para plantar una nueva cosecha.